
Me gustaría vivir en un mundo al revés.
Donde los guapos se enamoren de las feas.
Donde el helado de chocolate sea un primer plato.
Donde las princesas salven a los príncipes
y las brujas sean las buenas.
Donde los adultos jueguen en los parques.
Donde lo difícil fuese facil,
y lo complicado no exista.
Donde las obligaciones sean divertidas,
y las responsabilidades sólo un juego.
Donde lo breve fuese eterno; y lo malo, bueno.
De momento me tengo que conformar
con vivir en este mundo del derecho,
y ponerme cabeza abajo de vez en cuando.
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