es meternos en el otro, invadirlo, degustarlo,
saboreando dulcemente sus adentros....Un roce y un desglose de sensibillidades,
que se encuentran en esas partes
que parecen haber sido hechas solo para el beso...
Un deleite, un disfrute, sin temperatura ambiente,
donde el pensamiento y el tiempo se congelan,
solo queda lugar para el éxtasis de los sentidos,
encarnados en pieles de seda,
adheridos a nuestros labios
que danzan al compas de nuestras lenguas.
© by Eleo
22/03/2012
ILUSTRACIÓN: Irene Fenollar
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