Paso mi tiempo
en silencio cantando
hablando callando
pensando a menudo
que pocos me escuchan
lo que quiero que entiendan
y si acaso me atrevo
a contar lo que siento
desplegando el pensamiento
al dañar mi alma
a menudo me asusto.
¿Donde buscar las llamas
que iluminen las miserias
que en mi alma llevo dentro?
¿Donde depositar
los zarpazos irreversibles
y malignos de incomprensión
que invadieron mi lento
y tortuoso camino?
Lamentos y defecciones aireadas
hitos erectos de la eterna senda
que dirige esta la fugacidad de la vida
se elevaron por doquier
en la intrincada y enérgica red
tejida en lo universal.
Desorientada va mi alma
entre escollos buscando
senderos mas llevaderos
por donde cruzar el tramo
y el paso por este inestable mundo.
Inesperadas relaciones
jalonaron mi camino
contrarrestadas por bondades
que ciertamente
resultaron vencedoras,
aliviando la carga pesada
que pegaron al suelo mi cuerpo
impidiendo otros pasos mas firmes.
Si hay mucho dolor en el cuerpo
hay mucho mas en el alma,
mas, el cuerpo se recupera siempre
cuando mas se cuida el alma
esta parte que vuela lejos
hasta el final del camino.
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