de Eleonora Valentini

de Eleonora Valentini

BIENVENIDOS A BORDO

Bienvenido a mi universo interior para quien encuentre en él un pedacito del suyo.


Me deleita desear el mejor viento solar. En este saludar late un venerar a la pulsión de poesía que arde en el viento del sol y un mensaje de fuerza, energía e infinita esperanza.


"Que el viento solar sople siempre en tu camino"

miércoles, 12 de mayo de 2021

PROMISES THE FILM PROJECT

Un documental que echa un vistazo al conflicto árabe-israelí tal a través de los ojos de siete niños palestinos y judíos. Un relato de pasión y coraje, donde los pequeños protagonistas, fueron filmados más de 4 años cuando tenían entre 9 y 12 años.

 

“Vaya tiempo el que nos queda


Para demostrar que el vuelo de la paz es necesario

     
Como necesario y cuerdo es que hablemos con los niños

Y escuchemos sus consejos…”

David Filio, “Seremos Escuchados”, 1993

 

PROMESAS, es una película dirigida por de B.Z. Goldberg, Justine Shapiro y Carlos Bolado, filmada entre 1995-2000, que sigue el viaje de Goldberg.


El cineasta viaja a un campamento de refugiados palestinos, a un establecimiento israelí en Cisjordania y a las vecindades más familiares de Jerusalén donde encuentra a los siete niños palestinos e israelíes.


Aunque los niños vivan a sólo 20 minutos, ellos existen en mundos completamente separados; los obstáculos físicos, históricos y emocionales entre ellos son profundos y aumentan las distancias, pero sus realidades como niños son muy próximas.  



PROMESAS explora la naturaleza de estas fronteras y cuenta la historia de unos niños israelíes que desafiaron las líneas de control y las cruzaron para encontrarse y conocer a sus vecinos, los niños palestinos refugiados. 


Más que enfocar acontecimientos políticos, los siete niños ofrecen una visión humana y hasta a veces tragicómica del conflicto palestino israelí y nos introducen en sus mentes y en sus corazones.


El documental comienza con una pregunta inquietante, ¿Y si te mueres qué? 



De manera inteligente presenta visiones distintas de un integrismo intransigente con lo diferente y lo territorial hacia una visión más laica y relativista de lo diferente.


Al final propone un encuentro entre niños palestinos e israelitas judíos que no todos quieren aceptar, sólo los que no ponen la religión por delante.


Como niños lloran por no conseguir sus sueños deportivos o por no poder ver a su padre encarcelado del otro lado de las líneas de control. 


La guerra de la independencia en 1948 condujo a 750.000 refugiados palestinos y luego en 1967 Gaza fue conquistada por Israel. Ahora los miles de refugiados palestinos sobreviven en campos donde no se dan muy buenas condiciones. 


En torno a todos los niños aparece el problema de la tierra como existencial.


"Los árabes nos quitaron la tierra", sostiene un niño judío colono. 


Los puestos de control israelitas se viven como un signo de humillación para los palestinos. Horas y horas esperando a pasar para encontrarse con los suyos, o ir al trabajo, o visitar a su padre prisionero.


Sorprende que al final el periodista consiga ese encuentro entre algunos niños y niñas palestinos con dos de los protagonistas judíos israelitas. 



Después de pasar un día jugando, corriendo, saltando, hablando de quienes son y que hacen, se encuentran muy a gusto unos con otros, ríen y conviven sin importar sus diferencias y al despedirse lloran porque saben que no volverán a verse, en una de las escenas más conmovedoras. 


Los niños demuestran con sus palabras que las fronteras no existen más allá de lo que los prejuicios determinan. Sorprende como siendo niños hablan como adultos y razonan como tales.


Es inevitable preguntarse qué habrá sido de estos niños que hoy estarían promediando los 30. Y qué habrá sido de esas sonrisas que paradójicamente sólo surgieron cuando se unieron y se olvidaron a que lado pertenecían. 


Al final uno se queda con un sabor amargo al pensar que estos niños estuvieron tan cerca de la paz, pero lejos de un encuentro adulto por conseguirla, y esa pizca de esperanza de que sean ellos la generación que terminé con el conflicto, se diluye cuando degustamos 20 años más tarde, la misma muerte y destrucción. 

 

 Los niños protagonistas.

  •  Yarko & Daniel. Hermanos gemelos israelíes que viven en Jerusalén.
  • Faraj. Niño refugiado Palestino que vive en el Campamento de refugiados de Deheishe en Cisjordania
  • Sanabel. Niña refugiada Palestina que vive en el Campamento de refugiados de Deheishe en Cisjordania
  • Shlomo. Un niño judío ultra ortodoxo que vive en la parte judía de la vieja ciudad de Jerusalén.
  • Mahmoud. Un niño Palestino que vive en el Este de Jerusalén.
  • Moishe & sister Raheli. Viven en el Establecimiento Beit el-en Cisjordania
por Eleonora Valentini

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