Un refugio de
ladrillos a la vista,
una chimenea de troncos
con una tímida llama
a la que se le está agotando el oxígeno.
Libros desparramados por toda la habitación,
un mesita de madera con un velador desarmado
para alumbrar un cuaderno abandonadocon una nota a medio escribir.
La notebook, el
único objeto moderno de la habitación,
prendida en un texto sin terminar,
la duplicidad de la intención en la virtualidad y en el papel.
Una taza de café a medio beber.
Hacía unos días, el delivery había tocado a su puerta...
Hoy hablaban de él en la tele, hoy iba a ser historia,
como siempre había soñado.
Dicen que cuando sueñas algo intensamente se cumple,
pero algo falló en su mapa mental.
Ya no era un escritor, era una estadística.
El certificado de defunción sentenciaba: Muerte por COVID.
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