Una mosca lo circundaba cada noche
y le zumbaba en su oído derecho,
pero nunca la podía ver,
como el tren perdido en el subterráneo de Buenos Aires,
que se escucha pero no se ve.
Era como si viviera entre dos dimensiones,dos realidades que lo atormentaban
y confluían simultáneamente
sólo para confundirlo,
como si tuviese la cabeza volada,
y los pies en la tierra.
Estaba oscuro como una noche eterna,
cuando recordó las luces de ese tren
y su cuerpo dividido en dos.
Su cabeza nunca se encontró.
Sus piernas a veces recordaban
el zumbido de esa mosca
que se asfixió en el mismo ataúd
donde ellas yacían, bajo tierra y sin oído.
by Eleo
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