Ella callaba silencios que quería gritar,
abrumadores pensamientos
que se revelaban y se sublevaban
frente a una voluntad quebrantada
que agitaba su bandera blanca
pidiendo piedad.
abrumadores pensamientos
que se revelaban y se sublevaban
frente a una voluntad quebrantada
que agitaba su bandera blanca
pidiendo piedad.
Ya no había resquicios de esperanzas,
los sueños ahogados en dolor
agonizaban ebrios
en un callejón del alma.
Despojada de todo brío y lejos de vanidades,
sus trivialidades se habían convertido en harapos.
Todo el glamour desaparecía,
cuando al entrar a su casa,
la recibían sus miserias
y la soledad le daba la bienvenida.
© by Eleo
09/05/2015
Ilustración: Caia Koopman
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