Por Eleonora Valentini
El músico y compositor abrió el debate sobre los
temas “hiteros”. “Palito Ortega es uno de los que más plata cobra en SADAIC”,
afirmó. Destacó el trabajo de María Becerra, habló de su relación con Hebe de
Bonafini y de su admiración por Gustavo Cerati.
Eduardo Ferro es oriundo de la Zona Oeste del Gran Buenos Aires, artista joven
destacado de Merlo. Músico, compositor, baterista, cantante y escritor. Su
producción discográfica está conformada por 6 discos con temas de su autoría,
mientras que su producción literaria está compuesta por 3 libros de poesías,
que estuvo presentando en la Feria del Libro de la misma ciudad, donde también dio una
conferencia sobre “Composición de poesía, música y prosa”. Ha participado de
diversos congresos literarios y en las Maratónicas Literarias de Mar de Ajó,
Mar del Plata y Córdoba. Obtuvo la Mención de honor de la editorial Pegaso y
fue finalista destacado de reconocidas editoriales como Los Cuatro Vientos y
Dunken.
A los 12 años vio una película que se llamaba “That Thing You Do!” (Eso que tú haces). Contaba la historia de una
banda de música desde su creación. Como habían surgido, sus ensayos, sus giras,
como transcurría la interna de sus integrantes, los diferentes lugares donde
iban tocando, como iban viviendo de su música, hasta alcanzar el éxito. “Mmm
que interesante trabajo”, pensó. A los 13 años apareció en su vida una banda que se llamaba Oasis, “Todo artista
tiene alguien que lo marca, alguien que le hace un clic mentalmente, y uno dice
es por acá. Esto me está despertando algo dentro mío que no conocía, no sé lo
que es, pero me hace bien y quiero experimentarlo, quiero seguir haciéndolo”,
nos expresa.
En ese momento comenzó a escuchar música inicialmente británica como los “Beatles”,
“Oasis”, “The Birds” y “Blair”. Ahí comenzaron sus inicios como baterista.
Formó una banda con amigos y empezaron a tocar en vivo los covers de temas
conocidos que quería escuchar la gente.
Cuando tenía 19 años, se necesitó alguien que componga, le pasaron una
guitarra y empezó en su casa con dos acordes, luego tres, cuatro, hasta lograr
hacer una melodía en do, re, mi, fa, sol, la, si y ahí comenzó a rasguear estos
acordes que recién conocía e incluirlos en melodías y composiciones personales.
Sus camaradas músicos querían seguir haciendo covers, pero Ferro ya se
inclinaba por la composición propia y la banda se fue disolviendo. De a poquito
se fueron diversificando en diferentes profesiones y si bien, él siguió con una
profesión paralela, necesitaba interiormente explicar y comunicar lo que le
estaba sucediendo; ya sea felicidad, angustia, algo abstracto, necesitaba
sacarlo de dentro de su pecho, de su alma, de su aura y expresarlo al mundo en
melodías y canciones. Ahí fue cuando empezó a editar su producción discográfica
propia: siete discos de estudio con todos temas de su autoría.
“Cuando uno es solista tiene la impunidad y la tiranía de tomar todas las
decisiones, cuando estás en una banda es una constante negociación de quien
toca tal acorde, como va a ser el solo de guitarra, cuándo va a ser el puente,
cómo va a ser la letra, acá sí, acá no. Está bueno estar dentro de una banda,
pero hay una situación de constante negociación, caos y trifulcas. Cuando uno
es solista tienes total impunidad para componer”, nos relata.
Sus primeras composiciones musicales fueron con la guitarra, melodías que pudo
hacerlas canciones. Se las presentó a un grupo de conocidos a ver que pensaban,
y la devolución fue que eran decentes, eso requería más trabajo de producción,
de elaboración y ahí fue cuando acudió a un estudio musical con un ingeniero en
sonido y productor para que lo asesorara. “Lo ideal es que cuando un técnico
produzca con vos un disco, sea un músico completo. El técnico con el que grabé
los primeros 4 discos era guitarrista, bajista, pianista solista y con él
hicimos una buena conjunción. Yo le planteaba ideas que tenía en la mente y con
él las plasmábamos en melodías, decidíamos si este tema llevaba cuerdas,
violín, violonchelo, contrabajo, bajo, más guitarras eléctricas, más acústicas.
Toda esa buena onda, ese buen feedback y
buena comunicación que tenía con el productor músico, hizo que sean cinco los
discos grabados con él, que ahora se están subiendo a Spotify”, nos explica.
Cuando inició con la composición musical, empezó componiendo melodía, “Para
empezar a componer ya sea con guitarra o con piano necesitas conocer el
instrumento, experimentarlo y que él te conozca a vos, que haya un feedback entre el instrumento y vos para
que surja una melodía, algunos lo llaman ir a pescar, a veces vas a pescar y
cae una canción y otras veces no”, nos expresa.
Todo lo que compuso fue sobre cosas vividas a partir de sus experiencias
pasadas. Continuó componiendo canciones y después se expandió hacia la
literatura, la poesía y la fotografía. “Siempre busco información, busco vivir
nuevas sensaciones, busco experimentar lo que la vida me presente y lo que yo
le puedo presentar a la vida. Siempre estoy en movimiento, en constante
conexión para ver lo que me transmite una vivencia, un amor, un desamor, una
alegría, una conversación, una mañana, una tarde, una buena experiencia, una
mala, y en base a eso se genera en mí una emoción que puedo plasmar ya sea en
una poesía, en la letra de una de una canción o en una melodía”, nos acota.
- ¿Podrías decir que compones
con tus emociones?
- Hay una frase que dice: “Debo justificar lo que me hiere, soy poeta”.
Generalmente el artista se nutre de esos polos de angustia que lo desgarran,
que lo extasían en cause de sentimientos que lo hacen harapos en la frustración
y de ahí se nutre mucho para componer, el poeta es conocido por eso, de ahí
sale mucho material valioso. Sin embargo, siempre intento que las canciones de
mi autoría, sean canciones que tengan un mensaje positivo, por más que hablen
de un desamor o de algo malo, trato de que en algún momento de la letra se
encuentre la cosa positiva. Más allá de todas las piedras que podemos encontrar
en nuestro camino, va a estar todo bien, al fin y al cabo, está buenísimo estar
vivo y vivir la vida, el aquí y el ahora.
- ¿Qué tipo de músico te consideras?
- Técnicamente un músico decente, un guitarrista mediocre, un buen baterista y
un decente compositor. A veces uno puede estudiar, tener una excelente
disciplina puede invertir en música o en un instrumento caro, pero llega un
momento que llegas al límite de tus capacidades, no sé si llegué a mi techo,
como músico creo que no, espero componer mejor y superarme, la esperanza no la
pierdo, La exigencia es importante, así como la disciplina laboral, cumplir con
las horas de ensayo es primordial para tener un buen producto artístico arriba
del escenario. La exigencia te lleva a producir mejor. A veces sale a
borbotones un torrente enorme de sentimientos que cuesta acomodar, pero al ser
un tipo de 40 años y tener familia, mirás desde otro punto de vista. Se trata
de hacer lo mejor posible para la gente que te va a ver. Si logras eso, que el
público se quedé conforme Just Down,
trabajo hecho.
- ¿Cómo definirías tu música?
- Una hoja de papel, una lapicera y sangre. Es un don y es una condena. Los
artistas vemos lo que muchos miran, pero pocos ven, vemos cosas con un matiz
diferente y sentimos más, eso a veces duele. Quizá por eso algunos son tan
excéntricos. Hay personalidades como Pablo Picasso, Salvador Dalí, Alejandra
Pizarnik o Alfonsina Storni que en su vida íntima tienen muchos demonios,
muchas oscuridades que necesitaron salpicar en una hoja de papel o en una
pintura. Son personas que pasan del otro lado del muro, como yo lo llamo, hacia
lo no real, un lugar que desconocemos, a donde ellos tuvieron el privilegio de
acceder. Personas que ahora son unos genios, pero en su momento fueron seres
incomprendidos, sufridos y “locos”.
- ¿La música te salvó?
- Cómo te dije antes, la música es un don y una condena. Es un don porque la
traes en los genes, la tenés grabada en tu ADN y eso es lo que te va a
consagrar como artista si te esfuerzas y estudias, porque detrás de todo músico
hay disciplina, hay inversión en plata, muchísima inversión en plata, no es
subirse al escenario y ya está, es un trabajo como cualquier otro. Y es una
condena porque no está remunerada como corresponde, uno va a tocar a un lugar
en Av. Corrientes y te pagan un caché que no es el que corresponde, dado el
esfuerzo, dedicación, estudio e inversión que uno le pone encima al proyecto
artístico.
- ¿Cómo definirías el proceso creativo?
- El proceso de composición es un germen, esa idea que anuncia, aquello que
aparece y en base a trabajo y esfuerzo empiezas a buscar la manera para que eso
que encontraste o eso que pescaste, empiece a tomar forma y a perfeccionarse.
Comienzas a laburar esa idea técnicamente, vocalmente, después vas a un estudio
de grabación y con tus camaradas músicos y el productor que te asesora lo
perfeccionas aún más.
- ¿Qué grupo o cantante de la historia te
inspiró?
- Estoy a un millón de años luz de él, pero Gustavo Cerati sin ninguna duda.
Fui al lugar donde descansa su cuerpo, apoyé mi mano sobre el nicho, me quedé
un rato agradeciendo, estando en silencio sobre el lugar donde él duerme, mira
el inconsciente mío, te estoy diciendo que duerme, y mi mano quedo con una
energía particular; sentí calor durante diez minutos y diez minutos mi mano
fría. Era una persona iluminada, exquisito guitarrista, precioso cantante, un
compositor impecable, yo creo que el artista más completo de Latinoamérica.
Creo que si hubiera sido anglosajón sería tan reconocido como Paul McCartney,
John Lennon o Bob Dylan. Una vez mi madre me llamó por teléfono y me dijo:
“Soñé con Gustavo Cerati, me dijo que vos hagas una canción que se llame
Paraíso”.
- ¿Qué opinas de los llamados temas
“hiteros”?
- Siempre hubo buena música y mala música. La música de moda dura un tiempo,
pero siempre prevalece la buena música. Si uno hace buena música se va a
destacar en el género musical que sea, por ejemplo, María Becerra en el
reggaetón. Después los temas comerciales se pueden discutir, Palito Ortega es uno
de los que en SADAIC más plata cobra y son temas “hiteros” que no son muy
rebuscados técnicamente. Lo dice el mismo Palito que nunca fue un gran músico,
un gran cantante, pero ahí están sus ganas su dedicación y su empeño de vivir
de eso ya vaya si lo logró.
Los Beatles que para muchos son el ABC de la música, empezaron con canciones de
amor y desamor, con melodías que no son tan difíciles técnicamente como “Loves
me do”, que tiene pocos acordes, pocos tonos, pero resultó ser un temazo.
Cuando haces una buena melodía por más simple que sea, si está acompañada de
talento en la voz y una buena banda atrás, no puede andar mal. Después la
cuestión de éxito o no éxito hay que ver para cada uno qué es éxito y qué no,
si el éxito pasa por tener dinero y ser famoso, para algunos estará bien. Yo
personalmente creo que el éxito pasa por visibilizar tu trabajo, nadie compone
un éxito para guardarlo en un cajón, sino para compartirlo con el público y si
se puede obtener un rédito económico a futuro genial, pero hoy en día un músico
no puede vivir un 100 % de la música.
- ¿El contexto tan particular que estamos
viviendo hoy en Argentina, condiciona tu trabajo?
- Ahora estoy bloqueado, pero en una época escribí una canción que se llama “Si
Dios es como vos”, que habla de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, habla del
hundimiento al Buque General Belgrano, de Malvinas, de Martin Luther King, de
John Lennon, de Diego Maradona. Fue una canción que hice en un
momento sociocultural económico de una época de mi vida cuando era mucho más
joven, que creía en algo que era sano. La lucha de esas personas era
inicialmente sana, pero luego fue corrompida por la política, el poder y el
dinero, fue cuando todo se distorsionó y ya no tuve más ganas de cantarla. Por
ejemplo, la lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo es justificadísima y noble,
yo a Hebe de Bonafini la conocí y la quise mucho porque su lucha inicial fue
digna y justa. Después, quizá, aparece el poder y el dinero que oxida y termina
distorsionando algo que era noble. Creo que es lo que está pasando en este
momento en la sociedad argentina, empezamos a ver un Mesías que nos va a
salvar. Me parece que debemos medirnos, resetearnos y replantearnos las cosas
conversando sin fanatismo, sin populismo, tratando de buscar una salida.
- ¿Cuáles son tus próximos proyectos?
- Hay nuevas fechas a confirmar de presentaciones en VIVO. La discográfica DLB está subiendo un tema mío una vez por mes
a Spotify. Y voy a entrar a grabar canciones que quedaron en el cajón de los
recuerdos. Cuando sé que hay algo bueno y puede ser una buena pieza artística
para compartir con la gente tengo que sacarlo, no lo puedo dejar en el cajón,
imposible, no es mi forma de ser, yo soy osado.
A Eduardo Ferro siempre lo acompaña su guitarra y aunque diga que es una
compañera pesada e incómoda de transportar, es su herramienta para pulir ese
carbón que lleva dentro y convertirlo en un diamante. Dentro de sus composiciones musicales, encontró otra forma de componer poesía y la guitarra es su pluma.
"Se trata de buscar el sustantivo leal, la melodía singular y desgarrarse
en el cauce del sentimiento”, concluye el compositor.